viernes, 8 de febrero de 2013

Los cien y don Alfonso

 
La entrada del miércoles fue el texto N° 100 publicado en esta página. Cien formas de expresar las ideas que me vienen dando vueltas en la cabeza desde hace años, y que el destino quiso que en estos meses tuviera el tiempo y la energía para bajarlas a la pantalla.
 
Cuando me propuse armar esta página, apunté a un único objetivo: publicar textos sobre los temas que me interesaría leer a mí en otra vida, como si fuera don Alfonso.
 
Don Alfonso era un tipo igual a cualquier otro, pero se diferenció del resto para mí cuando me confesó un secreto que le había revelado a poca gente: creía fervientemente en la reencarnación. Tan fervientemente creía, que se dejaba mensajes a sí mismo, en esta vida, para sus vidas posteriores.
 
No era fácil, la tarea de don Alfonso. Tenía que ubicar esos mensajes estratégicamente, para asegurarse de encontrarlos en su siguiente venida. Ese era el principal dilema: ¿cómo lograr que, en su próxima visita a la Tierra, sin recordar la anterior, se topara, aunque fuera por casualidad, con lo que se había dejado a sí mismo?
 
La mejor manera que halló don Alfonso fue enfocarse en que los mensajes guardaran una férrea relación con las cosas, los temas y las actividades que a él le gustaban. Él adoraba cocinar, entre otras cosas, así que escribió un libro de recetas con los resultados de las mejores combinaciones culinarias que había ensayado en esta vida.
 
"Espero dar con este libro en la próxima", me decía, "para seguirlo completando".
 
Lo mismo valía, para él, respecto de vidas pasadas. Don Alfonso pensaba que los mensajes que se le aparecían en esta vida --hay mensajes todo el tiempo, en eso tenía razón-- eran recados que él se había dejado a sí mismo en existencias anteriores, siempre vinculados con sus inclinaciones y apetencias dominantes.
 
"Por eso trato de hacer sólo lo que me entusiasma", me explicaba, "así voy hallando lo que dejé para mí en otros tiempos". Porque, según su creencia, uno se encarna una y otra vez en esta vida con diferente sexo, diferente piel, diferente cuerpo... pero con las mismas pasiones.
 
 
 

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