La entrada del miércoles fue el texto N° 100 publicado en
esta página. Cien formas de expresar las ideas que me vienen dando vueltas en
la cabeza desde hace años, y que el destino quiso que en estos meses tuviera el
tiempo y la energía para bajarlas a la pantalla.
Cuando me propuse armar esta página, apunté a un único
objetivo: publicar textos sobre los temas que me interesaría leer a mí en otra
vida, como si fuera don Alfonso.
Don Alfonso era un tipo igual a cualquier otro, pero se
diferenció del resto para mí cuando me confesó un secreto que le había revelado
a poca gente: creía fervientemente en la reencarnación. Tan fervientemente
creía, que se dejaba mensajes a sí mismo, en esta vida, para sus vidas
posteriores.
No era fácil, la tarea de don Alfonso. Tenía que ubicar esos
mensajes estratégicamente, para asegurarse de encontrarlos en su siguiente
venida. Ese era el principal dilema: ¿cómo lograr que, en su próxima visita a la Tierra , sin recordar la
anterior, se topara, aunque fuera por casualidad, con lo que se había dejado a
sí mismo?
La mejor manera que halló don Alfonso fue enfocarse en que
los mensajes guardaran una férrea relación con las cosas, los temas y las
actividades que a él le gustaban. Él adoraba cocinar, entre otras cosas, así
que escribió un libro de recetas con los resultados de las mejores
combinaciones culinarias que había ensayado en esta vida.
"Espero dar con este libro en la próxima", me
decía, "para seguirlo completando".
Lo mismo valía, para él, respecto de vidas pasadas. Don
Alfonso pensaba que los mensajes que se le aparecían en esta vida --hay
mensajes todo el tiempo, en eso tenía razón-- eran recados que él se había
dejado a sí mismo en existencias anteriores, siempre vinculados con sus
inclinaciones y apetencias dominantes.
"Por eso trato de hacer sólo lo que me
entusiasma", me explicaba, "así voy hallando lo que dejé para mí en
otros tiempos". Porque, según su creencia, uno se encarna una y otra vez
en esta vida con diferente sexo, diferente piel, diferente cuerpo... pero con
las mismas pasiones.
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