"Soy esto y debo ser aquello". Esa idea es la que me
impulsa a cambiar, pero es una idea que me mantiene atrapado en el
"yo".
Los cambios que provienen de esa idea sólo producen una continuación
de mí mismo, con modificaciones.
Insatisfecho con lo que soy, practico la voluntad, el
control, me disciplino, y se producen ciertos cambios. Cambio un poco. Logro
reprimir, contener o atenuar ciertos aspectos de lo que soy... y para ello tengo
que ejercer violencia. Una tremenda violencia que implica lucha, conflicto y dolor,
con el objetivo de dejar de ser esto y ser aquello, lo cual al fin y al cabo sigue
siendo una meta egoísta.
Sigo encerrado en el "yo". Y me doy cuenta de que nada
de eso conduce a algo, haga lo que haga.
Es posible que consiga algunos cambios, pero mientras mi
pensamiento sea prisionero del "yo", esclavo del "yo", no
podré estar libre de la lucha, del conflicto y del dolor.
-- Adaptación de un texto de Jiddu Krishnamurti