La noche
llega inexorablemente para todo el mundo, pero sólo unos pocos la aprovechan
para ver que nada les pertenece, para ver que el mundo ha terminado y ha
llegado la hora de regresar a casa.
En el Zen,
"regresar a casa" significa adentrarse en el propio ser.
Aprovechen
la noche cada vez que llegue. No necesitan esperar a la muerte. La noche llega
muchas veces en la vida, a veces en forma de fracaso o de frustración, a veces
en forma de tristeza o depresión. Aprovéchenla.
Cuando
llegue la noche, traten de ver que nada les pertenece, que ustedes pertenecen a
nada, que toda la idea de pertenencia es absurda. Véanlo. Y cuando comiencen a
sentir que el mundo externo carece de significado, no creen nuevos significados
externos.
Inicien el
viaje hacia su hogar interior.
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