Después de algunas de sus zapadas más increíbles, Charlie
Parker se quedaba perplejo observando el saxo, miraba atónito a sus compañeros
de sesión y decía: "Yo no toqué eso. Alguien lo tocó, pero no fui
yo".
A lo largo de la historia, diferentes escritores, al
concluir una obra maestra, se sorprendieron al sentir que no habían sido ellos
quienes la habían redactado. Durante el proceso de creación, tuvieron la inequívoca sensación de que
alguien escribía a través de ellos.
Pintores y escultores perciben, a veces, algo parecido.
En "El Zen en el Arte del Tiro con Arco", el
maestro oriental intenta explicarle al discípulo occidental que no debe ser el
uno el que tira, sino "Ello". Cuando el que tira es "Ello",
la flecha no puede hacer otra cosa más que dar en el blanco.
Por eso el maestro hace una reverencia después de tirar.
Porque saluda a "Ello", al que tiró, que no es él.
Y por eso, algunas entradas atrás, dejé ese memo para el
ego...
La belleza estará, cuando yo no esté.
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