Más que una
renunciación,
es una
aceptación de humano:
¿De qué me
sirve la salvación,
si
condenan a mis hermanos?
¿Cómo podría
gozar el gozo eterno,
sabiendo que
otro sufre en el infierno?
Si la
puerta del paraíso se cierra
a los que
perecen intentando,
prefiero quedarme
acá, trabajando,
para instalar
el Cielo en la Tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario