A raíz de
la consulta de una estimada amiga, comentaré mi parecer acerca del pequeño
truco de ayer de un verdadero maestro.
Digo
"mi parecer", porque de eso se trata. La frase en cuestión es del
maestro, no mía, y yo sólo puedo aportar mi interpretación, tan válida como
cualquier otra.
Según como
yo lo veo, la idea subyacente debajo de la frase de ayer es que la mente
descontrolada, librada a su suerte, suele manejarse por objetivos, por deseos,
y de esa manera se sale de tiempo; porque los objetivos y deseos se refieren al
futuro, no al presente.
Entonces,
al repetir esa frase se le cambian los esquemas a la mente, porque los
objetivos y deseos dejan de existir cuando uno desea que suceda lo que sea que
vaya a suceder.
Lo cual me
lleva a otro concepto del maestro, en su intento por desarmar el mecanismo de
metas y anhelos a la mente: el concepto de que uno es el universo.
Si uno es
el universo, y el universo decide que suceda esto o aquello, entonces es uno
mismo el que ha decidido que suceda esto o aquello.
Pero lo ha
decidido desde otro lugar, no desde la mente.
La mente es
una herramienta fundamental y poderosa, decía el maestro, pero la utilizamos
equivocadamente, y desperdiciamos su poder, cuando la empleamos en preocuparnos
por lo que sucederá en el futuro.
Es como
usar una cuchara para peinarnos. Podemos utilizarla para eso, si queremos, pero
esa no es la función para la que fue creada, así que no podemos echarle la
culpa si no nos da buen resultado.
La función
de la mente no consiste en desear que algo suceda.
No se desea
con la mente.
Su función
es otra, y no es menor. De hecho es una función básica, esencial, sin la cual
no podríamos seguir actuando siquiera un instante en este teatro.
La única y
verdadera función de la mente, de la cual no deberíamos desviarla ni
desenfocarla pensando en lo que ocurrirá en un momento posterior, es procesar
lo que está ocurriendo en el momento actual.
Si nosotros
insistimos con aferrarnos a pensamientos fuera de tiempo, la mente no dejará de
cumplir con su tarea de procesamiento del presente... pero lo hará en forma
instintiva, mecánica.
Tiene que
hacerlo, aunque estemos pensando en otra cosa, porque de lo contrario
dejaríamos de actuar, así como dejaríamos de actuar si los pulmones dejaran de
procesar el aire cuando no estamos observándolos.
Una mente
distraída con el futuro o con el pasado, que sigue mientras tanto procesando el
ahora en forma instintiva, es una mente mecánica, autómata, inconsciente.
Es una
mente llana, como la respiración por reflejo.
Una mente
que procesa el ahora en forma atenta y enfocada, tiene la profundidad de la
respiración consciente.
Es una
mente despierta, iluminada.