viernes, 28 de junio de 2013

Despertar colectivo

 
Esta es una idea que he escuchado expresar a una amiga del alma en diversas ocasiones...
 
Dice ella que en este tiempo, a diferencia del tiempo de Buda, Jesús o Mahoma, el anclaje de una nueva energía en la Tierra no se dará a través de la iluminación de un individuo.
 
Tendrá que darse a través de un despertar colectivo.
 
Ya no habrá personas aisladas que abran los ojos en forma solitaria, y vean sólo ellos lo que nadie más puede ver...
 
Ha llegado el momento de que la toma de conciencia sea comunitaria.
 
En este tiempo, si queremos un milagro, tendremos que hacerlo en grupo.
 
 
 

jueves, 27 de junio de 2013

Somos uno

 
Somos uno
 
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miércoles, 26 de junio de 2013

Sin materia no hay horario

 
Sin materia no hay horario.
 
Lo que llamamos "tiempo", no es más que el proceso de degradación de lo material.
 
El alma no se degrada.
 
Para el ser conectado con el alma, no existe el tiempo.
 
No existe el apuro.
 
(Imagen: "La Persistencia de la Memoria", de Salvador Dalí)
 
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martes, 25 de junio de 2013

El mapa

 
Imagina que tu cerebro es un mapa, me dijo un verdadero maestro. Un mapa enorme. Imagina que ocuparía todo este jardín, si lo desplegáramos.
 
Ahora imagina que te acercas a verlo en detalle, y encuentras que este gigantesco mapa tiene algunas pocas rutas principales, y una infinidad de caminos secundarios.
 
Cuando haces algo en lo que no está involucrada tu personalidad, ni tu ego, ni tus prejuicios ni tus creencias, tomas una de las rutas principales y llegas sin contratiempos del punto A al punto B.
 
Observas los dos puntos en el mapa de tu cerebro, ves claramente la vía más directa entre ambos y concretas exitosamente lo que te habías propuesto.
 
Luego te dispones a hacer algo que sí involucra a tu personalidad, a tu ego, a tus prejuicios y a tus creencias. Cada uno de ellos tiene algo que decir, tiene una opinión que expresar. De ninguna manera van a permitirte tomar la vía directa. La personalidad habla, y te sales de la carretera para tomar un camino lateral. El ego interfiere, y te desvías por otra senda. Los prejuicios aparecen, y nuevamente viras el rumbo. Las creencias surten su efecto, y vuelves a modificar la dirección.
 
En pocos segundos, la ruta principal ha quedado muy lejos. Millones de engañosos vericuetos han enredado el paisaje. Han transformado el punto A en un recuerdo difuso, y el punto B en un lugar inalcanzable.
 
En lo físico, por suerte, la personalidad, el ego, los prejuicios y las creencias no ordenan el trabajo de nuestros órganos vitales. Si lo hicieran, nuestro cuerpo entraría en estado crítico de desconcierto y dejaría de funcionar instantáneamente.
 
En lo espiritual, para cada pregunta trascendental que nos hacemos hay una vía directa a la respuesta. Pero inmediatamente aparecen la personalidad, el ego, los prejuicios y las creencias para internarnos en una intransitable maraña de caminos inconducentes.
 
 
 

lunes, 24 de junio de 2013

¿En qué casa preferirías vivir?

 
No acostumbro publicar material "ajeno" en el ZENtido, pero creo que con este video ale la pena romper la costumbre.
 
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=9TskeE43Q1M
 
 
 

viernes, 21 de junio de 2013

Aferrarse

 
"Si te aferras a lo que ganas", me dijo un verdadero maestro, "será infinitamente mayor lo que pierdas".
 
 
 

Valentía

 
"El primer paso del valiente", me dijo un verdadero maestro, "es atreverse a dudar".
 
 
 

miércoles, 19 de junio de 2013

Tiene que haber algo más

 
Permítanme compartir algo que escribí días atrás, al ver a dos amigos en familia, con sus dos hijos muy pequeños, recién adoptados.
 
...
 
Tiene que haber algo más.
 
La sangre, al final, no es más que moléculas, átomos, mayormente vacío.
 
La genética, al final, no es más que información. Ceros y unos.
 
El apellido, al final, no es más que una formalidad, una convención, un cartel.
 
Tiene que haber algo más, para que un ser humano sepa que esa mirada es de su padre, que esa sonrisa es de su madre.
 
Algo más, para que un ser humano sepa que ese otro ser con el que está jugando es su hermano.
 
Algo más, para que cuatro personas que provienen de lugares distantes, sepan que nacieron para estar juntos.
 
 
 

No se desea con la mente

 
A raíz de la consulta de una estimada amiga, comentaré mi parecer acerca del pequeño truco de ayer de un verdadero maestro.
 
Digo "mi parecer", porque de eso se trata. La frase en cuestión es del maestro, no mía, y yo sólo puedo aportar mi interpretación, tan válida como cualquier otra.
 
Según como yo lo veo, la idea subyacente debajo de la frase de ayer es que la mente descontrolada, librada a su suerte, suele manejarse por objetivos, por deseos, y de esa manera se sale de tiempo; porque los objetivos y deseos se refieren al futuro, no al presente.
 
Entonces, al repetir esa frase se le cambian los esquemas a la mente, porque los objetivos y deseos dejan de existir cuando uno desea que suceda lo que sea que vaya a suceder.
 
Lo cual me lleva a otro concepto del maestro, en su intento por desarmar el mecanismo de metas y anhelos a la mente: el concepto de que uno es el universo.
 
Si uno es el universo, y el universo decide que suceda esto o aquello, entonces es uno mismo el que ha decidido que suceda esto o aquello.
 
Pero lo ha decidido desde otro lugar, no desde la mente.
 
La mente es una herramienta fundamental y poderosa, decía el maestro, pero la utilizamos equivocadamente, y desperdiciamos su poder, cuando la empleamos en preocuparnos por lo que sucederá en el futuro.
 
Es como usar una cuchara para peinarnos. Podemos utilizarla para eso, si queremos, pero esa no es la función para la que fue creada, así que no podemos echarle la culpa si no nos da buen resultado.
 
La función de la mente no consiste en desear que algo suceda.
 
No se desea con la mente.
 
Su función es otra, y no es menor. De hecho es una función básica, esencial, sin la cual no podríamos seguir actuando siquiera un instante en este teatro.
 
La única y verdadera función de la mente, de la cual no deberíamos desviarla ni desenfocarla pensando en lo que ocurrirá en un momento posterior, es procesar lo que está ocurriendo en el momento actual.
 
Si nosotros insistimos con aferrarnos a pensamientos fuera de tiempo, la mente no dejará de cumplir con su tarea de procesamiento del presente... pero lo hará en forma instintiva, mecánica.
 
Tiene que hacerlo, aunque estemos pensando en otra cosa, porque de lo contrario dejaríamos de actuar, así como dejaríamos de actuar si los pulmones dejaran de procesar el aire cuando no estamos observándolos.
 
Una mente distraída con el futuro o con el pasado, que sigue mientras tanto procesando el ahora en forma instintiva, es una mente mecánica, autómata, inconsciente.
 
Es una mente llana, como la respiración por reflejo.
 
Una mente que procesa el ahora en forma atenta y enfocada, tiene la profundidad de la respiración consciente.
 
Es una mente despierta, iluminada.
 
 
 

lunes, 17 de junio de 2013

Otro pequeño truco

 
Tal vez no sea más que un sencillo método para descolocar a la mente, pero alguna vez me ha dado la paz y la fortaleza que en esa circunstancia necesitaba. Así que lo comparto, por si a alguien le sirve.  Pequeño truco de un verdadero maestro, para momentos de incertidumbre:
 
Repetir esta frase como un mantra, hasta sentir que la fuerza interna disipa la inquietud por lo externo...
 
"Deseo que suceda lo que va a suceder". 
 
 
 

viernes, 14 de junio de 2013

La mayor aventura

 
Sabemos que el cuadro sobre la tela son píxeles de color, a los que nuestra mente les da forma, me dijo un verdadero maestro.
 
Sabemos que la imagen en el horizonte son átomos vibrando, que nuestra mente ordena como paisaje.
 
Sabemos que, en el plano físico, nuestra mente nos presenta una realidad que nada tiene que ver con lo que las cosas realmente son.
 
Y sin embargo le creemos.
 
Creemos que la pared es sólida, al producirse un rechazo magnético cuando queremos atravesarla, y olvidamos que la pared es básicamente vacío, porque sus átomos, como los nuestros, están compuestos mayormente de vacío.
 
Sabemos que, si no fuera por la ciencia, la mente nos diría que el sol gira alrededor de nuestras cabezas, que la Tierra no se mueve y que el cielo es un manto azul. Y aún así le seguimos creyendo.
 
El hallazgo más valioso de la ciencia es el que día a día preferimos ignorar: el hallazgo de que la mente nos engaña.
 
Lo cual no sería grave, me dijo el maestro, si se limitara al plano físico. El problema es que también le creemos a la mente en los demás planos.
 
Que olvidemos el engaño de la pared, del cuadro o del paisaje, mientras nos desenvolvemos en este escenario, no tiene consecuencias demasiado terribles. Lo terrible es que olvidemos --o desconozcamos, o no tengamos siquiera interés en develar-- todos los demás engaños.
 
Así como a la humanidad le llevó milenios de arduo trabajo externo y colectivo descubrir lo que de verdad eran las cosas físicas, más allá de lo que le decía la mente, al hombre le lleva años de arduo trabajo interno e individual descubrir lo que de verdad es la vida y la muerte, más allá de lo que le dice la mente. Y lo paradójico es que ese arduo trabajo involucra a la mente... pero ya no se trata de la mente librada a su giro descontrolado, sino de la mente enfocada, atenta, despierta.
 
La mente sin control funciona igual que en el sueño. Por eso se habla de gente dormida.
 
Tomar el mando de la mente, me dijo el maestro, requiere de un esfuerzo inconmensurable. Es el máximo desafío que puede enfrentar el ser humano. Es la mayor aventura en la que puede embarcarse.
 
Sólo cuando maneje a su mente, y no sea manejado por ella, me dijo, el hombre podrá ver las cosas como son.
 
 
 

jueves, 13 de junio de 2013

Los chakras

 
Los chakras, según la definición de una amiga del alma.
 
Yo comprendo
Yo sé
Yo expreso
Yo amo
Yo hago
Yo siento
Yo soy
 
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miércoles, 12 de junio de 2013

¿Dónde está la magia?

 
"Viajando se fortalece el corazón", como dice un canto. Viajar nos refresca, nos revive. Irnos de vacaciones a algún lugar alejado nos recarga las pilas.
 
Contrario a lo que suele creerse, sin embargo, la magia no está en el lugar, por más paradisíaco que sea. La prueba es que si nos quedáramos a vivir allí, cualquier viaje a otro lugar también nos renovaría.
 
La magia tampoco reside en el traslado, en el moverse de un punto a otro del mapa. Si el traslado en sí fuera tan benéfico, me decía un verdadero maestro, surtiría el mismo efecto rejuvenecedor viajar dos horas por día de la casa al trabajo.
 
La magia, me decía el maestro, radica en ver cosas nuevas.
 
Cuando uno viaja por placer, abre sus sentidos a nuevos paisajes, nuevo aire, nueva gente, nuevas experiencias.
 
Lo que olvidamos en la vida cotidiana, me decía, es que el paisaje que miramos día a día nunca es el mismo. La gente con la que convivimos nunca es la misma. El aire que respiramos nunca es el mismo. Somos nosotros los que asociamos todo al pasado, y cerramos los sentidos a la naturaleza constantemente cambiante de la realidad.
 
Si miráramos, oyéramos, tocáramos, oliéramos y saboreáramos cada instante como lo que es, completamente nuevo, el viaje nunca acabaría.
 
Estaríamos continuamente rejuvenecidos, refrescados, recargados.
 
Viviríamos siempre de vacaciones. 
 
 
 

martes, 11 de junio de 2013

Cuerpo descuidado

 
El ser humano, me dijo un verdadero maestro, debería protegerse de los ataques a su psiquis de la misma manera en que se protege de los ataques a su físico.
 
Sin embargo, inadvertido de la existencia de un cuerpo psicológico, el ser humano sólo resguarda su cuerpo físico.
 
Se encierra bajo llave, en la seguridad de una casa, para que nadie dañe su cuerpo físico... pero no se encierra sólo. Se encierra con los enemigos de su cuerpo psicológico, con los agentes que dañan a ese otra parte de su ser.
 
El hombre echa cerrojo a la puerta para protegerse de las amenazas físicas, pero deja entrar a los agresores psicológicos.
 
Los medios de comunicación ingresan a su hogar y psicológicamente lo muelen a golpes, mientras él se siente físicamente a salvo.
 
¿De qué le sirve al ser humano tener un cuerpo físico impecable, preguntaba un verdadero maestro, si tiene el cuerpo psicológico completamente magullado?
 
 
 

lunes, 10 de junio de 2013

Superpoder

 
"La única magia, el único superpoder", me dijo un verdadero maestro, "es sintonizar tus deseos con los del universo. Cuando sintonizan con los deseos del universo, todos tus deseos se cumplen".
 
 
 

viernes, 7 de junio de 2013

Adicciones

 
"Más gente está dispuesta a renunciar a su adicción física al tabaco o al alcohol", me dijo un verdadero maestro, "que a su adicción intelectual a una idea, prejuicio o creencia".
 
"Pero a lo que menos gente está dispuesta a renunciar", me dijo, "es a su adicción emocional al sufrimiento".
 



jueves, 6 de junio de 2013

Perdón, amada mía

 
Hubo un punto de mi vida de casado, en que mi mujer se elevó más de lo que yo estaba preparado para tolerar. Se internó un fin de semana en un taller intensivo de energía personal, al que yo asistí tiempo después, y volvió en otra sintonía, en otra frecuencia.
 
Lucía radiante, encendida. Parecía moverse a cinco centímetros del suelo. En lugar de caminar, se deslizaba. En lugar de hablar, cantaba. En lugar de sonreír, se iluminaba.
 
Yo me había quedado a cargo de nuestros tres hijos el fin de semana, lo cual me había resultado divertido pero nada sencillo, y le hice un detallado recuento de mis dificultades cuando regresó.
 
Mis reproches eran una mezcla de envidia, por la maravillosa experiencia que había vivido ella mientras yo regañaba con los niños, y ego herido, por sentir que para mí era imposible vibrar en la misma nota que ella.
 
A los pocos días, mis quejas y reproches devolvieron a mi mujer a su estado previo al taller.
 
Tiempo después, cuando llegó mi turno de asistir al curso, comprendí la terrible dimensión de mis actos.
 
Había hecho descender a mi mujer a mi nivel, en lugar de decirle, amorosamente: "Quédate ahí arriba. Mantente a esa altura. Desde este lugar no puedo sintonizar contigo, pero espérame donde estás... yo haré lo posible por alcanzarte".
 
 
 

martes, 4 de junio de 2013

Paradoja 2 de 2

 
"¿Nos preocupa que las computadoras tomen conciencia, se rebelen y dejen de ser máquinas?", me dijo un verdadero maestro. "¿Por qué no nos preocupamos nosotros por tomar conciencia, rebelarnos y dejar de ser máquinas?"
 
 
 

Paradoja 1 de 2

 
En diferentes conferencias, dictadas por gente que trabaja en las fronteras de la inteligencia artificial, escuché una idea escasamente divulgada.
 
Al cabo de algunos años de labor, tratando de recrear la acción del cerebro humano en una computadora, diferentes especialistas parecen llegar siempre a una conclusión que recibe poca prensa: los procesos intelectuales más admirados son, paradójicamente, los más burdos.
 
Las personas capaces de dilucidar la raíz cuadrada de un número alto, o de delinear la fórmula para construir un puente, históricamente han sido consideradas las "más inteligentes". Pero según comentan diversos expertos, esas son tareas intelectuales básicas. Tan básicas que desde hace varias décadas han sido replicadas por máquinas.
 
Otras actividades del cerebro, como el arte, la filosofía, o la capacidad de emocionar a otra persona o de hacerla reír, son muchos más complejas que una operación matemática o un cálculo físico. Tanto más complejas que, después de todos estos años y todos esos miles de millones de dólares invertidos, siguen siendo imposibles de reproducir por computadoras.
 
Por más obvia que resulte esta realidad, sin embargo, hay muchos que prefieren no aceptarla.
 
Aceptarla implicaría admitir la necesidad de transformar sistemas que se resisten al cambio.
 
El sistema educativo, por ejemplo, debería dar un vuelco drástico. Debería dejar de enfocarse en lo más rústico del cerebro, como viene haciendo desde hace siglos, y empezar de verdad a interesarse por desarrollar lo más valioso de nuestra inteligencia.
 
 
 

lunes, 3 de junio de 2013

A propósito de "La Escala"

 
La idea de que somos sonido, de que somos frecuencia y vibración, es información que ya ha bajado y se ha instalado en la conciencia colectiva. Sin saber por qué, sin pensarlo siquiera, ya nos expresamos en esos términos. Al elogiar a alguien hablamos de "buena onda" o "buena vibra"... y no de "buena materia".