Marketing no le falta, al autoconocimiento. Psicólogos y gurús de autoayuda nos han convencido de los beneficios de conocerse a uno mismo.
¿Qué
significa, sin embargo, conocer a alguien?
Muchas
veces, cuando le digo a alguien: "Yo te conozco", le estoy diciendo:
"Yo sé cómo sos, sé cómo vas a reaccionar ante cualquier situación, sé cuáles
son tus puntos fuertes y tus partes débiles. Sé cuáles son tus límites".
Si ése es
el caso, entonces lo estoy definiendo, encasillando, congelando. No le estoy
dando lugar al cambio, a la superación, a la evolución.
Para
decirlo más fuerte, lo estoy matando.
Lo cual no implica
un riesgo para él, porque sólo estoy matándolo en mi cabeza, en mi concepto, en mi
creencia.
Él sigue
vivo. Y mientras siga vivo, sigue latente en él la posibilidad de cambiar, de
crecer, de superarse.
Lo único
muerto es mi descripción de él.
Por más terrible
que suene todo esto, insisto, en comparación no es tan grave, mientras se trate
de otra persona. Esa persona seguirá con su vida, pensemos lo que pensemos de
ella.
El verdadero
problema es tener una descripción de uno mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario