viernes, 12 de abril de 2013

Acceso directo

 
Dentro de nosotros, me dijo un verdadero maestro, no están los medios para alcanzar la felicidad. No está el camino para llegar a la felicidad.
 
Dentro de nosotros, me dijo, está la felicidad.
 
Si no estuviera dentro de nosotros, ¿cómo podríamos sentirla, en ese fugaz instante en que algo externo la despierta?
 
Cuando algo externo la despierta, la felicidad siempre es fugaz, porque se termina cuando se acaba el efecto de ese estímulo foráneo.
 
Si vivimos a través de nuestra personalidad, de nuestro ego, necesitaremos irremediablemente de un factor externo para animar en nosotros la felicidad, porque no tenemos acceso directo a ella.
 
Hemos perdido el acceso directo a la fuente de donde emana esa felicidad, porque, al identificarnos con el ego, al apegarnos a la personalidad, nos hemos separado de la esencia.
 
Si pudiéramos reconectarnos, me dijo el maestro, descubriríamos lo que resulta evidente. Descubriríamos que si la felicidad puede aflorar de nuestro interior, es porque siempre ha estado allí.
 
 
 

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