Me
sorprendió que Michael Porter declarara, en una reciente charla, que las
empresas en los Estados Unidos han perdido el prestigio con el que contaban
hasta hace algunos años.
No me
sorprendió el dato, que supongo resulta obvio para muchos. Lo que me sorprendió
fue que el viejo gurú de estrategia corporativa lo admitiera, y pusiera el
acento en que la sociedad ya no mira a las grandes compañías con admiración,
sino con desconfianza... por no decir desprecio.
Por mi
parte, arribé a una sola conclusión, luego de escuchar a Porter: la única forma
de subsistir para las empresas, si no quieren que el nuevo mundo termine de
darles por completo la espalda, será cambiar "valor agregado" por
"valor compartido".
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