viernes, 8 de marzo de 2013

Más de Internet

 
He mencionado en varias ocasiones este tema en "El Zentido de la Vida", así que disculpen que vuelva sobre lo mismo. Pero me gustaría insistir en la importancia que tiene, para la evolución espiritual de nuestra especie, expandir la comunicación y libertad a través de medios como Internet.
 
No es casualidad que la evolución nos haya impulsado a desarrollar esta clase de redes. Es evidente, para mí, que una fuerza nos está llevando a unir nuestras cabezas, a coordinar nuestras mentes, a fin de que en algún momento, quién sabe cuándo, de todos los pensamientos surja un pensamiento.
 
Un pensamiento que sea de todos y de nadie. Que no sea de uno, sino de Uno.
 
Una primera idea global. Un primer paso hacia la verdad universal.
 
Sabemos, aunque duela admitirlo, que la verdad universal es inalcanzable para un solo hombre. Ya conocemos el razonamiento: cada uno observa la realidad desde su perspectiva; nadie puede observarla desde todos los ángulos. Pero miremos lo positivo de ese razonamiento: cada hombre ve un ángulo, una parte de la realidad. En otras palabras, cada uno es dueño de una porción, aunque sea ínfima, de la verdad universal. Lo cual implica que podemos alcanzar la verdad universal completa, si combinamos en un todo la parte de cada uno.
 
Aquí es donde cumple un rol fundamental Internet, que funciona como un cerebro global, en el que los hombres actúan exactamente igual que las células conectadas entre sí de nuestro sistema nervioso.
 
Esta invención, este cerebro del que somos neuronas, abre, por primera vez en la historia, la puerta hacia un verdadero salto espiritual, hacia un real cambio de dimensión.
 
Los seres humanos alcanzarán la verdad universal cuando emprendan la búsqueda individual e interior, y a la vez gocen de suficiente comunicación y libertad para poder compartir con los demás, y de esa manera aportar al cerebro global, esa porción de la verdad universal que resuena en el corazón de cada uno.
 
 
 

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