La palabra
"nacimiento" tiene la misma raíz latina que "naturaleza".
"Natus", de donde proviene "naturaleza", es el participio
de "nasci", de donde proviene "nacimiento".
En la
lengua primaria, entonces, "nacimiento" y "naturaleza" son
sinónimos, por lo cual "renacer" es lo mismo que
"renaturalizarse", o regresar a la naturaleza.
Ese es,
para mí, el único renacimiento válido al que puede aspirar el hombre.
Desprenderse de todo aquello que no es natural en él. Deshacerse de lo impuesto
por la constante educación a la que lo someten desde el instante en que llega
al mundo, y a la que lo siguen sometiendo, por diferentes medios, a lo largo de
cada día de su vida.
Pío Baroja,
escritor español, se revelaba contra esa educación permanente y reclamaba
"abandonar la escuela y empezar a vivir".
Empezar a
vivir.
Nacer.
Ese es el
auténtico nuevo comienzo, el verdadero "renacimiento", palabra que
debería referirse exclusivamente al proceso de quitarse de encima el traste de
lo aprendido y reconectarse con el estado natural.
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